Imagen tomada de Google
AQUELLOS TRENES.....
Eso eran Viajes; se notaba quien era el viajero y quienes eran los que habían ido a esperarlo.
Te bajabas del tren con la cara llena de churretes y si tenias suerte, habías entablado amistad, con esa señorita a la que le habías ayudado a sacarle esa carbonilla, que le entró en el ojo.
Operación que se solía hacer con el pico del pañuelo.
Que Aventura era Viajar.
Ahora no. Que no.
No te da tiempo de enterarte que has ido de un lugar a otro.
Te sentabas en aquellos asientos de madera (mal barnizado) que al levantarte se te pegaba el vestido al asiento.
Llegada la hora de comer, me acuerdo aquel matrimonio mayor, él sacaba la "faca" (navaja),
y la hogaza de pan
Cortaba un "cacho" y te lo ofrecía, igual con la tortilla y lo hacía de verdad. Que tiempos....
En esos Viajes, tomabas parte (si querías) de la rifa de una docena de pasteles, comprandole una carta al señor del canasto de batea.
Si te tocaba, al principio te ponias contento, luego, con aquel cartucho de pasteles, que se te caían....
Y a todo esto, venga a entrar humo por la ventanilla.
Bueno corto que no quiero cansaros, ya seguiré con las Aventuras que se corrían en esos trayectos de poco mas de 100 Kms. y que se tardaba mas de cuatro horas en recorrerlo.
Y lo malo de aquellos pasteles, era que estaban muy Buenos.
de higiene, no tanto.
Si tengo suerte y me toca, lo comparto con ustedes.
Os quiero Amig@s
.
Pues yo quiero un pastelito...
ResponderEliminarBesos. Te seguiré leyendo. feliz verano, Manolo.
Y lo peor es que parece que estás hablando de hace trescientos años y fue antes de ayer.
ResponderEliminarSiendo niña, mi familia y yo tomábamos a menudo el tres que iba desde Madrid a Sevilla y me encantaba viajar en él. Como dices, con esos asientos de madera, incomodísimos, pero éramos felices. Recuerdo que ahí, en ese tren, leí en el periódico que el grupo ABBA había ganado la noche anterior el festival de Eurovisión con su canción Waterloo. ¡Qué tiempos! Gracias por traerlo al recuerdo.
ResponderEliminarAldonza
http://lecturaalahoradelte.blogspot.com.es/
Ahora viajamos en cuestión de pocas horas con el ave a Madrid, desde Córdoba estamos a dos horas escasas.
ResponderEliminarVeo que no te has animado a venir por Cadiz, yo regreso el próximo domingo
Besos
hola Manolo ,,,lo que mas me gustaba de aquel tren era cuando yo tenia que llegar Asturias y durante el viaje llegaba tambien la hora de comer o cenar la tortilla las empanadillas y las empanadas grandes de carne,,,¡¡¡que ricad las comidas!!!y ademas con el vay ven del trennnnnn
ResponderEliminarBUENO GRACIAS POR TU COMENTARIO PERO HA SIDO ORDEN DE MI MEDICO que corte un poco todo de repente y asi he escrito .
un abrazo
Marina
Tengo bellísimos recuerdos de viajes en tren todos los veranos al pueblo de mi madre donde tardábamos 12 horas en llegar,( Huesca-Logroño) recuerdo lo mucho que disfrutaba, tú lo has descrito a las mil maravillas aunque yo no he tenido la experiencia de que se acercara ningún contrabandista ni que me rifaran unos pasteles. Tengo unas ganas tremendas de volver a viajar en tren porque hace ya unos cuantos años que no lo hago pero a mi marido no le hace gracia así que seguiremos con el coche o el autobús.........
ResponderEliminarAcepto tu ofrecimiento y me pido uno de esos pasteles si te tocan:-)
Saludos
Hola Manolo, me acuerdo de pequeña cuando iba con mis padres en esos trenes que llegamos a los destinos baldas y con un dolor de ponpis que no veas jeje, pero era muy entrañable como cuando llegaba la hora de comer o cenar se compartía con los que se tenia al lado, por mucho que llevásemos la cara llena de hollín o no, gracias por traernos estos recuerdos que estaban un poco olvidados:)
ResponderEliminarBesos.
GRACIAS POR VENIR LOS MARTES, ME ALEGRA QUE LES GUSTE ESTA MANERA ESPECIAL DE COMPARTIR QUE VIENE DE ESTADOS UNIDOS Y DE CANADA. UN BESO GRANDE Y TODO MI CARIÑO SIEMPRE.
ResponderEliminarABRAZOS.
PD YO TAMBIÉN HE VIAJADO MUCHO EN TREN DE NIÑA, ME GUSTABA MUCHO.
Una buena reseña de los viajes de antaño, parecía que volvía a ir en tren, esta vez contigo.
ResponderEliminarUn abrazo querido revisor
La carbonilla, el traqueteo de el tren y aquellos incomodos asientos de madera.....aquellos viajes si que eran una aventura.
ResponderEliminarUn abrazo, manolo.
Que bien retratas ese bellos viajes, el lector puede sentirse dentro de aquellos trenes.
ResponderEliminarMuy bueno!!!
Cariños...
Tu relato tiene notas nostálgicas que nos llevan a vivir ese ajetreado viaje.
ResponderEliminarMe gustó.
Un cálido abrazo
Hola Manolo.
ResponderEliminarBien cierto que la gente se comunicaba en estos viajes de tren.
Lo has descrito muy bien en este relato.
Saludos desde Valencia, Montserrat
Me hubiese gustado conocerlo.
ResponderEliminarBss
que lindos recuerdos manolo,me hace acordar a mi ultimo tren que tome aca en el sur de mi pais,desde bariloche hasta san antonio oeste,se llama el patagonico,es una tren que va muy despacio pero pasa por sitios increibles,cruza la parte norte de la patagonia,es un viaje increible y parecieras que estas en otra epoca,viajamos toda la noche,imaginate a cuanto de velocidad va,pero igula lo disfrutamos mucho.
ResponderEliminarte dejo un fuerte abrazo amigo y gracias por compartir tus relatos siempre interesantes.
Esos trenes como muchas cosas, tienen sabor, hoy todo es tan diferente, pero tan impersonal que comparas y piensassssssss. valoremos, mejor, si, pero consecuencia, malisima, piensa por ejemplo el movil, bueno, si, alejamiento, tambien.
ResponderEliminarGracias por tu comentario en mi blog te dire mas. un abrazode corazon
Jajaja, deliciosa y amena lectura. ¡Que tiempos aquellos!
ResponderEliminarParece que fue ayer y ya pasaron unos cuantos añitos.
Un abrazo Manolo.
No creas que hace tanto de lo que cuentas, cuando era niña hacíamos el cambio de la estación del Norte a la de Atocha, cuando íbamos a la Mancha a ver a mis abuelos. Llegábamos negros mis hermanos y yo. Una vez nos tocó compartir asiento con una familia de árabes (la palabra moro no me gusta), la matriarca abrió una sandía enorme y la buena mujer nos invitó, ni te cuento cómo se puso todo de un líquido pegajoso, pepitas por el suelo y el ruido que aquella familia hizo chupando la sandía, aún lo tengo grabado. Ni que decir tiene que no la probamos, solo observamos.
ResponderEliminarPero aquellas locomotoras de vapor tenían su encanto. Si llevabas reserva te daba igual, me encantaría viajar en tren de nuevo, sácame un billete por favor, aunque no me invites a pasteles con carbonilla, me voy contigo al fin del mundo.
Un abrazo querido amigo.
Eihhh que me entró en el ojo, me ayudas por favor con tu pañuelo a quitarmela...
ResponderEliminarRelato que hace vivir algún viaje sin prisas y si las hubiera, tenían que esperar.
Gracias,
Besos ♥♥♥
¿Que como han cambiado os tiempos? Pues que se han invertido los términos, en aquella época se tardaba cuatro horas en recorrer cien kilómetros en tren, hoy, se puede hacer cuatrocientos kilómetros, en poco más de una hora. En cuanto a los pasteles, hoy con mucha higiene y todo lo que queramos, el sabor es diferente, si llega el caso, muchos esta hecho por una máquina. Aquellos a pesar de sus moscas, polvo y carbonilla estaban riquísimos.
ResponderEliminarUn abrazo, amigo Manolo.
Jajaja es verdad que tiempos, yo vine una vez de mi pueblo que está en la Sierra Norte de Sevilla en uno de esos trenes y 128 Km. se convirtieron en 4 horas y media jajaja. Besos
ResponderEliminarRecuerdo aquellos tiempos, cuando de niño, vivía cerca de la estación de mi ciudad. Un saludo.
ResponderEliminarSiempre me ha gustado viajar en tren.
ResponderEliminarY guardo muy buenos recuerdos.
Besos para ti.
¡Vaya que tienes poder para despertar la nostalgia en tus lectores!
ResponderEliminarYo también añoro esos viajes por tren, a la costa, en las vacaciones con mis papás y a fin de año, cuando desde el pueblecito de Buin viajabamos en tren al Santiago, a dar los exámenes en el Liceo N 2, porque nuestro colegio no tenía válidos los exámenes frente al Ministerio de Educación.
Si nos iba bién, a la vuelta, cuando el tren pasaba por el puente de río Maipo, tirábamos los cuadernos por la ventanilla.
¡Qué tiempos aquellos! Me hiciste sonreir....
Me ha encantado esta entrada Manolo, he sacado un billete en ese tren del pasado y he recorrido con el tiempo necesario aquellos paisajes, la hogaza de pan y la tortilla. Fíjate, tuve hasta suerte me tocaron los pasteles ;). Esos trenes que dejaban pensar, saborear y observar los paisajes que el viaje te ofrecía. UN abrazo.
ResponderEliminarBesos Manolo y gracias por estar siempre querido amigo.
ResponderEliminarUn cariño grande.
Muy interesante y simpático relato de lo que era aquel carboncillo del tren y sus pasajeros.... fue un bonito viaje por el recuerdo...
ResponderEliminarMuy bonito post Manolo
Un abrazo
Cristina
Hola Manolo.
ResponderEliminarVolveré a leerte más detenidamente.
Después de un mes ausente he vuelto a publicar y paso a saludarte y leerte de nuevo, un buen fin de semana y un abrazo.
Ambar
Aquellos viajes significaban aventura. Pero no me negarás que los asientos eran más incómodos que los actuales, olía a sudor y a cuerno quemado, y los trenes se movían a un lado y a otro dejándote las posaderas magulladas... Hace poco tiempo, hará un par de años, viajé de Salamanca a Zaragoza en un tren y a la hora de comer, un señor sacó su taco de jamón, su tablita de plástico y su navaja y empezó alegremente a pasar trocitos a su señora. Y, mientras tanto, pasado el pasillo un señor viajaba chateando en su tableta la mar de concentrado. Teconología y tradición, ¿qué te parece?
ResponderEliminarUn beso
Desde que hice la mili, en la marina (yo soy de los antiguos) no he vuelto a coger un tren. Hace unos meses se lo comenté a un amigo y me dijo: !pero si te has montado un monton de veces en el AVE!. ¿El AVE? eso no es un tren, hasta llega puntual.
ResponderEliminarUn abrazo, mi oficial.
Carinhosamente passando para
ResponderEliminardesejar um feliz e abençoado Domingo.
Sem falar das saudades , que tenho no coração.
A vida tem dessas coisas de vez em quando
testa nossa fé e força para lutar.
Beijos no coração carinhos e afagos na sua alma.
Evanir.
Es que la modernidad se ha llevado la esencia...
ResponderEliminarBesitos
Hola soy Asun, y me parece que cuando volvemos la vista atrás solo vemos el lado bonito y romántico de las cosas. Es el velo de la nostalgia.
ResponderEliminarA mi me gusta mucho viajar, y reconozco que empiezo a disfrutar el viaje desde el momento en que lo empezamos a planear.
Me ha gustado tu crónica de aquellos viajes, porque no sabía que realmente te manchabas de carbonilla, ni tampoco el detalle de los pasteles.
Saludos
Que bellos y entrañables resultaban aquellos viajes querido y admirado amigo.
ResponderEliminarMe ha encantado y a la vez emocionado tu relato, al ver que evolucionemos mucho pero también que dejemos muchas cosas positivas para nuestra alma en el camino.
Miles de besinos de esta amiga que te desea feliz inicio de semana con inmenso cariño.
Hola Manolo, pues yo me apunto a lo de los pasteles ejjeje
ResponderEliminarEsos viajes deberian ser muy emotivos pero son cosas que se van perdiendo con el tiempo.
Bueno ya regresamos asi que te seguimos la pista ejeje
Un abrazo
De pequeña yo viajé mucho en tren con mi familia de Barcelona a Madrid y viceversa. Recuerdo esos viajes en el Costa Brava y se me encoge un poco el corazón. Me ha gustado mucho tu recuerdo a los trenes antiguos, seguramente un poco más antiguos, pero del mismo modo entrañables. Un saludo, Rocío
ResponderEliminarHola Manolo, ya de regreso de mis casi tres meses de vacaciones y aquí me tienes , leyendo esas experiencias de viajes en tren, que yo también he disfrutado.
ResponderEliminarNos hacemos viejos Manolo, pero aún podemos viajar y dar un caramelo. No hay tiempo para mucho más y eso sí una sonrisa.
Con ternura
Sor.Cecilia
Gracias manolo por tus palabras. la verdad, es que me reconfortan
ResponderEliminarUn beso
Sor.Cecilia
A eso le llamo "saborear la vida y el tiempo" ahora ya todo se ha vuelto prisas , carreras , no hay tiempo casi de nada ... ahora aunque se viaja de otra forma y ya todo aquello que nos cuentas no existe ( por desgracia) pero sin embargo hay que buscarle o tratar de buscarle lo bueno al tipo de viajes de ahora , que aunque sean otras cosa, lo tienen , te lo aseguro , te podría contar muchas cosas , Manolo . Aunque vayan rápidos los trenes , los aviones , los barcos ... siempre encontraremos aventuras y paisaje y personas que nos regalaran lindas cosas .
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Manolo, ya vamos llegando! Esos viajes si que eran especiales y romanticos, no como ahora, que va todo el mundo a lo suyo y pegados al ordenador y al móvil. Todos los días cojo el tren para ir a los madriles a currar, asi que el mes que estoy de vacaciones, sólo uso el barco, jajajaja.
ResponderEliminarBesotessss!!!
Eran viajes interminables, en trenes que se afogonaban si tenían que subir un repecho y echaban humo por todos los lados. Otros tiempos.
ResponderEliminarUn saludo, Manolo.
Aquí recuerdo a "la burreta" de Huesca, no se espantaba por nada y la carbonilla entraba en los túneles por las ventanillas que era un primor. Besicos.
ResponderEliminarAños certeros en nuestra vida. Si... Certeros por lo que nos dejaba en nuestros corazones que no entendían de metáforas, pero se quedaban grabados en nuestra mente como un circulo que no deja de atraparnos.
ResponderEliminarA ver señora venga non nosotros. Una pareja de carabineros se llevan a una mujer antes de que el tren llegase a Granada... -¡Mama porque se la llevan! -decía un niño chiquito a su madre... -Porque debajo del vestido en la tripa, llevaba café de estraperlo- niño...
En abrazo
Antonio